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Calidez en invierno

En invierno, lo que más apetece es ponerse prendas suaves y cálidas. Lo mismo ocurre en la cocina. Optamos por las verduras de temporada para preparar recetas fáciles y deliciosas como sopas, ensaladas, gratinados, asados o platos cocinados a fuego lento con zanahoria, puerro, champiñones, batata, patata y verduras ancestrales. Es la temporada ideal para darse un capricho.

¡Aquí llegan las vitaminas!

No hay nada mejor que empezar una buena comida con una sopa calentita y cremosa. Las sopas son deliciosas y te recomendamos probar una receta que combina zanahoria y tupinambo. También puedes darle el papel protagonista al puerro con esta sencilla sopa de verduras con puerro, o preparar un plato con sabores más clásicos como esta crema de champiñones. No olvides añadir un poco de nata o leche para añadir cremosidad y calidez. También puedes transformar los restos de puré de zanahoria, calabaza o apio en deliciosas cremas.

¿No tienes tiempo para preparar una sopa? Opta por las ensaladas. Tu aliado del invierno es la endivia, porque está deliciosa tanto cruda como cocinada. Pero no tienes por qué disfrutar de ella en solitario. Combinada con lentejas y fruta (manzana, naranja y mandarina), la endivia se hace más dulce y se convierte en una exquisita ensalada fácil de preparar. Otra verdura de hoja verde que te hace la vida más fácil son los canónigos. Este icono de la cocina invernal puede sustituir a las espinacas en cualquier receta, ya sea en crudo o cocinados. Pruébalos con unas rodajas de manzana y queso cortado en cubitos: una receta sencilla que seguro no pararás de preparar en tu cocina.

Enciende el horno

Todo lo que se prepara en el horno impregna de aromas la casa entera y nos deleita los sentidos. Lasaña, gratinados, pasteles, asados... Estos son solo algunos de los platos que te ayudarán a combatir el frío. Servidas con una ensalada de brotes tiernos (de espinacas o variada), las verduras de temporada se hacen irresistibles. Por ejemplo, la calabaza, que solemos comer como crema combinada con cebolla, es ideal para múltiples preparaciones una vez asada en el horno. Como ingrediente de una lasaña vegetariana, cortada muy fina y asada en el horno con bacon, tomillo y un toque de miel, o rellena con quinoa y queso de cabra. Son recetas fáciles de preparar y sin complicaciones, como la coliflor gratinada o la col rellena (todavía más sencillas si se preparan como una lasaña), que calentarán y llenarán tu cocina de olores deliciosos.

Las patatas también son ideales para recetas al horno. Para salirse un poco de la receta tradicional de las patatas gratinadas, prueba a rellenarlas de espinacas y gorgonzola, o a asarlas con batata, calabaza y unos cubitos de manzana para conseguir un sabor entre dulce y salado. ¿Y por qué no pruebas a añadir verduras ancestrales, como el tupinambo o el colinabo, y así adoptarlas en tu cocina? Otra de las ventajas de cocinar en el horno es que permite organizar las comidas con antelación. Prueba a preparar este clafoutis de puerro y jamón. Después, solo tienes que meter el recipiente en el horno para calentarlo. Si lo has conservado bien, no perderá nada de su sabor.