La diversidad en la alimentación es importante para tener una dieta equilibrada. Tiene que haber una variedad en los alimentos que consumimos para que esto sea posible. Como pasa en otros aspectos, la cultura y hábitos de cada lugar, hogar o individuo influye en tener una alimentación u otra.
Cada país tiene su dieta y su cultura a la hora de alimentarse y según estos hábitos culinarios varían los alimentos que se consumen. Por un lado, dependiendo de la dieta de cada lugar se utilizan más algunos productos que otros. Por ejemplo, la dieta mediterránea siempre se ha caracterizado por usar el ajo como ingrediente base. En la cultura india se usan diferentes especias y en la oriental el producto estrella es el arroz.
La diversidad alimentaria ha ido creciendo con el tiempo. Algunos alimentos han llegado a nuestras cocinas relativamente hace poco. La patata tardó más de tres siglos en llegar a la dieta mediterránea desde que la trajeron desde América. El tomate, los pimientos y el maíz también son americanos y las berenjenas, alcachofas y espinacas vinieron del mundo árabe. Todos estos alimentos junto a sus culturas hacen que la variedad sea más extensa en cuanto a la alimentación.
De todas formas, normalmente la selección de alimentos se hace respecto a la accesibilidad y cantidades que se pueden recoger según los medios que hay. Aunque también hay que tener en cuenta que en cada cultura cambian los alimentos que se consumen, en unas se usan unos productos que en otras son rechazados (caballos, caracoles, ranas…).
Otra de las características en de la cultura en la alimentación, es la manera de cocinar los productos. En cada población e incluso en cada casa se cocina de una manera o de otra. Un alimento puede ser preparado de diferentes formas, por ejemplo, frito, cocido, hervido, asado… Igualmente también cambian los hábitos en las horas de las comidas o la compañía en la que se hace.
La diversidad alimentaria está unida a la cultura y en Bonduelle queremos trasladar esta variedad a nuestros platos y recetas.