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Espaguetis, macarrones, espirales... ¡Nos los comeríamos en todas las comidas! Los amantes de la pasta ya saben que la salsa puede realzar o arruinar un plato. Te damos algunos consejos para cocinar bien y rápidamente las verduras, porque son nuestras mejores aliadas.

Combinación perfecta

La pasta, fuente de hidratos de carbono complejos (azúcares complejos), también contiene fibra, especialmente si está elaborada con trigo integral. Su índice glucémico (efecto en el nivel de azúcar en sangre) es bastante bajo si se cocina al dente. Y si añadimos la fibra y las vitaminas que están presentes de forma natural en las verduras, es fácil entender por qué esta combinación nos aporta mucha energía durante más tiempo. No te olvides de añadir un chorro de aceite de oliva o una nuez de mantequilla: este tipo de grasa facilita la asimilación de la vitamina A y hace que la comida sea más saciante.

Cocina pasta y verdura juntas... o no...

Ahorra tiempo y energía con recetas de pasta y verdura que se cocinan juntas en la misma olla.

Con guisantes y champiñones es un plato equilibrado que puedes preparar en 15 minutos gracias a nuestras conservas listas para comer.

Para todos esos que apartan las verduras del plato, ¿por qué no hacer una salsa con las verduras y así convertirlas en un ingrediente básico, como este pesto de brócoli, almendras y queso feta 

Pasta y vegetales: ¿Plato frío o caliente?

Otra ventaja de la pasta es que se puede llevar en un táper y comer en el trabajo. Como ensalada, está riquísima con edamame, brotes tiernos, judías verdes...  Toma nota de esta idea: los fideos de arroz y la pasta de trigo sarraceno (como los fideos soba japoneses) están riquísimos fríos.