La primavera recupera sus derechos y pronto saldrán los primeros brotes. Es el momento ideal para preparar tu huerto: ¡sigue la guía!
Durante el invierno, es como si el huerto se quedase dormido para vivir a cámara lenta. Comienza a mimarlo en marzo: como agradecimiento, te dará estupendas verduras hasta el otoño.
Durante la primavera, empiezan a crecer las malas hierbas, y el jardín se llena de escombros, hojas, ramas y otros residuos que aterrizaron aquí durante el invierno. ¡Es el momento de limpiarlo todo! No te olvides de hacer compostaje con estos residuos, te permitirán recomponer la tierra semana tras semana. Si lo has protegido con cartones o pajas, puedes retirarlos. Gracias a esta limpieza primaveral, tu huerto está más que preparado para recibir semillas y plantas. Un consejo adicional: revisa tus herramientas y, si es necesario, límpialas, repáralas y afílalas... En otras palabras, ¡ponlas a punto!
La práctica de cavar en profundidad tiende a desaparecer, pero sigue siendo importante airear el suelo utilizando una horca ancha u otra pala de jardinería ecológica. Procede con cuidado para descomprimir la tierra sin alterar el ecosistema del subsuelo.
Puedes aportar complementos a esta tierra que respira, como por ejemplo, arena si el terreno es arcilloso, o incluso fertilizantes naturales como el compost y/o el estiércol. Si has plantado abonos verdes después del verano (alfalfa, veza, esparceta, mostaza, phacelia...) es el momento de machacarlos con una segadora y luego enterrarlos superficialmente con la horca ancha. Deberás esperar aproximadamente un mes antes de plantar o sembrar.
¿Quieres llegar al fondo del asunto? Piensa detenidamente en la organización de tu huerto. Pregúntate qué quieres cultivar este año, y entonces, piensa luego en las rotaciones y ubicaciones de los cultivos: algunas hortalizas primaverales y fugaces cederán rápidamente, mientras que otras darán color durante toda la temporada. No olvides que algunas hortalizas crecen en altura (como los tomates), lo que dará sombra a sus plantas vecinas: a algunas les gusta y otras prefieren broncearse. Por último, puedes fabricar tus propias semillas utilizando tierra para semilleros y cubos. Colócalos en el interior o en el exterior según el clima de tu región: ¡cuidado con las heladas de primavera!