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Ya sea a granel o en botes de conserva, las legumbres siempre son buena opción. Son buenas para el medio ambiente y el clima, ¡qué más se puede pedir! Te contamos algunos de los beneficios de los garbanzos, las judías, las lentejas y otras legumbres para el medioambiente y para nuestra salud.

¿Qué son las legumbres?

Son plantas que se cosechan para obtener la semilla seca, para consumo humano o animal. Algunas de las más conocidas son las judías blancas o pintas, los garbanzos y las lentejas, y cada una de ellas tiene sus propias variedades. En la historia de la alimentación, las legumbres son tan importantes como los cereales (trigo, maíz, arroz...), con los que tradicionalmente se combinan. Además de ser fáciles de transportar, almacenar y consumir, las legumbres son muy nutritivas y están riquísimas.

¡Legumbres al rescate del clima!

Tanto en Francia como en otros países, se ha vuelto a descubrir su interés medioambiental y agrícola. En 2016, la FAO publicó un informe que destacaba sus numerosos beneficios. Las legumbres, aparte de ahorrar agua, pueden captar y fijar el nitrógeno del aire, mejorando así la fertilidad del suelo y reduciendo la necesidad de fertilizantes, especialmente los fertilizantes de nitrógeno. Resultado: ¡reducen las emisiones de gases de efecto invernadero! Las legumbres también pueden ayudar a retener el carbono en el suelo, así como mantener y desarrollar la biodiversidad de los cultivos y el suelo.  En otras palabras, cumple con los requisitos de la agricultura sostenible y nos permite luchar contra el cambio climático. Su largo período de conservación las convierte en un gran aliado contra el despilfarro alimentario. Por último, son ricas en proteínas y asequibles, por lo que nos permiten incluir más proteína vegetal en nuestra dieta.

Alimento saludable

Además de todo esto, las legumbres son verdaderos concentrados de nutrientes. Su contenido en proteína (de origen vegetal) es alto y resultan ideales para combinar con cereales. Algunos platos tradicionales como el cuscús (trigo y garbanzos), la sopa minestrone (trigo y judías) y el chili (maíz y judías) no son fruto de la casualidad. Mucho antes de que llegaran los nutricionistas, los beneficios de combinar legumbres y cereales ya eran conocidos. También son una estupenda fuente de fibra alimentaria, minerales y vitaminas del grupo B, están libres de colesterol y tienen un índice glucémico bajo. También son una estupenda fuente de fibra alimentaria, minerales y vitaminas del grupo B, están libres de colesterol y tienen un índice glucémico bajo. Su consumo ayuda a reducir el consumo de carne, siendo una alternativa a la proteína animal. Esta alternativa a la proteína animal permite un consumo con mayor reflexión y responsabilidad. Además de aportar vitaminas y minerales, las legumbres hacen posible que llevemos una alimentación sana y equilibrada.

¡Acción!

¿Y en la mesa? La necesidad de remojar las legumbres antes de cocinarlas puede desanimar a los que tienen más prisa. ¿La solución para ahorrar tiempo? Las latas.
 
-   Los garbanzos, a menudo protagonistas de recetas del Medio Oriente y las dietas vegetarianas, están deliciosos en ensaladas, hummus y curris vegetales. No te olvides de las propiedades del líquido donde se conservan: si se baten como las claras de huevo, pueden añadirse a cualquier mousse o como merengue. ¡Es  una opción fantástica contra el despilfarro!
 
-    Las lentejas, alimento habitual de la cocina familiar y de los restaurantes en la zona mediterránea, combinan a la perfección en ensaladas, sopas, purés, terrinas y guisos.
 
-    ¡Y qué decir de las judías! Es un ingrediente omnipresente en la cocina de Latinoamérica y en los platos de cuchara europeos. Están deliciosas en un chili (con o sin carne) o en una ensalada estilo mexicano con maíz Bonduelle.