Hoy más que nunca somos conscientes de lo necesario que es adaptarnos a un consumo más responsable, al mismo tiempo que respetamos el planeta y cuidamos de nuestra salud. Actualmente, muchas compañías están intentando adaptar sus prácticas para reducir el impacto medioambiental. Se trata de compromisos cuantificables que consisten en pasos concretos en el ámbito social y medioambiental.
Según el 73 % de los consumidores, la crisis de la COVID-19 es una señal de aviso para que cuidemos de nuestro planeta*. Con 100 millones de hectáreas de bosques perdidos en los últimos 20 años**, la necesidad de limitar el impacto de la actividad humana en los ecosistemas es apremiante, pero exige compromisos y una total transparencia en su implantación.
La alimentación es una de las actividades humanas con mayor impacto en el planeta debido al uso del suelo, la calidad del agua, la calidad del aire, etc. Lo que nos llevamos a la boca afecta a todo el ecosistema. Se trata de un asunto que adquiere todavía mayor relevancia de cara a 2050, cuando el planeta tendrá que alimentar a 9.000 millones de seres humanos.
Debido a que las obligaciones corporativas, sociales y medioambientales exigen que las compañías compartan experiencias y aúnen recursos, han surgido varios movimientos para ayudarlas a evolucionar en este sentido. Entre ellos, se encuentra el movimiento B Corp, creado en 2006 con el objetivo de que las compañías sean una «fuerza del bien» y reconocer a aquellas que concilian la obtención de beneficios con el interés colectivo. El objetivo de B Corp es certificar a las compañías que integran objetivos sociales, corporativos y medioambientales en sus modelos de negocio del día a día. Es decir, aquellas compañías que aspiran a ser mejores para el sistema en su totalidad. Se trata, pues, de un enfoque a largo plazo que también implica la colaboración con todos los actores de la comunidad: los clientes, los socios y los proveedores son partes interesadas en este enfoque. ¿El objetivo? Tener un impacto positivo en todo el ecosistema.
En Bonduelle, el respeto por el entorno natural y la voluntad de colocar al ser humano en el corazón de la compañía forman parte de los valores corporativos. Siguiendo este enfoque específico para el planeta, la alimentación y los seres humanos, Bonduelle se unió al B! Pact porque la alimentación vegetal es parte central de los retos del futuro. Este compromiso consta de tres partes: el primero está relacionado con ser mejores para el planeta a la vez que se implantan prácticas agrícolas responsables (directrices agronómicas, alternativas a los pesticidas sintéticos, investigación de prácticas alternativas de cultivo); y también con intervenir en la preparación de los productos (reducción del consumo de agua, envasado ecorresponsable, uso de energías renovables, etc.).
El segundo está relacionado con la mejora de los hábitos alimentarios a nivel individual, aprovechar las verduras al 100 % para evitar el despilfarro alimentario, desarrollar nuevas y sabrosas recetas que también favorezcan nuestro bienestar, y apoyar la investigación de la Fundación Louis Bonduelle, cuya actividad se basa en reconocidos datos científicos y está comprometida con la medición del impacto de las actividades realizadas en la evolución de las prácticas alimentarias o el estilo de vida y su eficacia. Y, por último, Bonduelle aspira a ser una compañía mejor para las personas mediante el fomento del empleo local con el objetivo de reducir a cero el número de accidentes laborales hasta 2025, y animando a los empleados a convertirse en actores de proyectos locales. Bonduelle se esfuerza a diario para desarrollar una agricultura responsable y llevar a cabo unas buenas prácticas para todos.
*Fuente: Beyond COVID BETCxLes Echos Study, 2020
** Fuente: ONU, 2020