El congelado y el ultracongelado son dos procesos de conservación mediante frío, pero ¿sabías que son diferentes?
El congelado y el ultracongelado tienen el mismo objetivo: evitar el deterioro natural de los alimentos mediante el frío. A diferencia de otras formas de conservación (esterilización, secado, salado, confitado...), los alimentos no sufren, o apenas sufren, cambios. ¿En qué se diferencian? El congelado se puede hacer en casa, mientras que el ultracongelado es un proceso industrial. El ultracongelado, inventado hace relativamente poco tiempo, ha supuesto una mejora de la conservación a través de la congelación y la ha puesto al alcance de todos. Aunque se trata de un proceso sencillo, sigue habiendo espacio para las innovaciones. Un ejemplo de ello es Bonduelle, donde empleamos la tecnología más avanzada y donde la verdura congelada rivaliza cada vez más con la verdura fresca en apariencia y sabor.
El congelado consiste en enfriar los alimentos en casa de forma gradual a temperaturas de entre -18 °C y -25 °C, y es un proceso que dura varias horas. Así se consigue que el agua de las verduras se convierta en hielo, lo que permite su conservación durante varios meses. Si aplicas unos sencillos trucos, podrás optimizar el proceso, como el uso de bolsas o recipientes especiales para evitar el secado y la oxidación. También es importante blanquear la fruta y la verdura en agua hirviendo antes de congelarlas.
¿Por qué nos gusta esta técnica? Porque es estupenda para evitar el despilfarro, y ahorrar en costes y residuos. Las sobras de los guisos, la sobreproducción de tu huerto o los tallos verdes de los puerros (que añaden un toque ahumado a las sopas) ya no acabarán en la basura.
El ultracongelado es una versión mejorada del congelado. Al bajar rápidamente la temperatura de los alimentos (en unos pocos minutos, en lugar de varias horas), conserva las verduras, pero evita los grandes cristales de hielo. Para optimizar la calidad de las verduras Bonduelle, como el brócoli o las espinacas, el ultracongelado debe realizarse lo antes posible desde el momento de la cosecha. Al igual que en casa, las verduras se lavan cuidadosamente en agua fría antes de blanquearlas en agua hirviendo.
¿Por qué nos gusta? Porque las verduras congeladas son prácticas, conservan todo el sabor y están disponibles todo el año, además de limitar el despilfarro alimentario gracias al tamaño de las porciones que ya vienen preparadas y así usar solo lo que necesitamos.
Además, en Bonduelle, casi todas las verduras proceden de campos cercanos a las fábricas. Se cosechan y congelan el mismo día para mantener las vitaminas y nutrientes al máximo.
Si alternas entre el congelado y el ultracongelado como técnicas complementarias a las verduras frescas y en conserva, cocinar será más sencillo y más responsable.