En 1795 Nicolas Appert descubrió las conservas o, lo que es lo mismo, la esterilización mediante la aplicación de calor. ¡Una verdadera revolución! Hasta este descubrimiento, los alimentos se conservaban gracias a técnicas ancestrales como la salazón, el secado, el ahumado, la fermentación o el confitado en azúcar o grasa. La técnica de la conserva, sencilla y eficaz, ha sido utilizada desde entonces por generaciones de cocineros, así como a gran escala por compañías especializadas como Bonduelle. Te enseñamos cómo preparar tus propias verduras en conserva, un alimento sano y saludable siempre que sigas una serie de normas. Además colaboras con el cuidado del medio ambiente, ya que puedes reutilizarlos tantas veces como quieras.
Para evitar contaminaciones o la proliferación de bacterias no deseadas, deben seguirse unas normas higiénicas estrictas desde el momento de la preparación de los botes de vidrio (con cierre de rosca o tipo clip), que deben estar en perfecto estado, sin grietas ni roturas. Lava los botes con cuidado con líquido lavavajillas y un estropajo suave, enjuágalos completamente con agua tibia y déjalos secar al aire sin utilizar un paño. Hierve el cierre de goma o la tapa. Lávate las manos y limpia la encimera de la cocina.
Aprovecha cuando el huerto dé muchos frutos y recoge y pon en conserva solo las verduras frescas y de buena calidad (no las que estén dañadas). No utilices verdura congelada. Lava las verduras y prepáralas (pela, trocea, corta, etc.) respetando siempre unas estrictas normas de higiene. La mayoría de las verduras quedan mejor si se cocinan primero durante dos minutos en agua hirviendo y se escurren después. Colócalas dentro los botes cuando todavía estén calientes y llena hasta unos 2 centímetros del borde. Después, rellena con líquido si lo exige la receta.
Por último, se esterilizan los botes, lo que consiste en calentarlos a una temperatura igual o superior a 100 °C. Coloca el cierre de goma o la tapa y cierra los botes con cuidado. A continuación, procede con el tratamiento de calor en un esterilizador eléctrico, una olla grande o una olla a presión con un paño en el fondo para evitar que los botes se golpeen. Lleva a ebullición y respeta el tiempo indicado en las recetas para garantizar una conservación óptima. Cuando el agua se enfríe, saca los botes. Deja que los botes se enfríen y no olvides ponerles una etiqueta. Fábricas de Bonduelle Ahora puedes seguir este mismo proceso a mayor escala: