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Comer bien y barato es un verdadero reto diario que exige cierta organización. Aquí te presentamos nuestras mejores recetas equilibradas para presupuestos reducidos.

La pasta es siempre buena idea

Cuando pensamos en recetas asequibles, la pasta suele ser una de las primeras opciones. Espaguetis, macarrones, conchas... Hay de todas las formas y para todos los gustos. Las salsas con base de verdura combinan especialmente bien con la pasta aportan fibra. Champiñones y pollo, brócoli y guisantes, o incluso limón, parmesano y judías verdes. ¡Ideas por doquier! Además, las sobras están muy ricas: espolvorea queso por encima, añade un poco de salsa y calienta en el horno para conseguir un delicioso gratinado de pasta.

Huevos como proteína

Para hacer la compra más asequible, solemos reducir el consumo de proteínas animales como el jamón, el bacon, la ternera o el ave. Pero hay una proteína de excelente calidad que es más barata y que deberíamos favorecer: ¡el huevo! Duros, en tortilla, revueltos, fritos, a la plancha... ¡Las posibilidades son infinitas! Los tomates o las berenjenas rellenas están más jugosas, las albóndigas mantienen su forma, los gratinados de verdura ganan firmeza y consistencia, y el mousse de chocolate queda suave y esponjoso gracias al huevo. Su polivalencia lo hace imprescindible en la lista de la compra.

Legumbres y arroz

Otro básico de las recetas fáciles y rápidas, a la par que asequibles, son las legumbres. Alubias rojas, blancas, pintas, garbanzos, lentejas pardinas, lentejas rojas... Su gran variedad permite preparar muchas recetas por poco dinero. Las lentejas rojas están exquisitas y pueden espesar cualquier sopa (como si fuera calabaza o zanahoria). Remójalas en agua durante 24 horas antes de cocinarlas o úsalas directamente si las tienes en conserva. También son ideales para preparar un chile con carne o sin carne en 20 minutos (¡sin carne es todavía más barato!). Cocinadas con tomates triturados y servidas con tortillas, nata agria y un poco de cilantro. ¡Una comida que gusta a todos! Otro descubrimiento para los platos con legumbres son los garbanzos en conserva, que se pueden convertir en gnocchi o añadirse a un curry. Otros platos rápidos, sencillos y asequibles son las recetas a base de arroz. Degústalo caliente en un risotto de champiñones, arroz pilaf con zanahorias y guisantes, o incluso en un estilo más exótico con coco y guisantes. Si te sobra un poco, puedes preparar unos arancini: ¡deliciosas croquetas de arroz italianas que tienes que probar ya! En verano las ensaladas de arroz son una alternativa clásica, sencilla e ideal si se sientan muchos a la mesa, pero sin rascarse el bolsillo. Y, por supuesto, el arroz está riquísimo en platos fríos con verduras de temporada, huevo duro y ligeramente especiado.

Pizzas, quiches y tartas

Nuestra última sugerencia de recetas fáciles son las pizzas, las quiches y las tartas saladas, porque consisten en poner cualquier ingrediente que te guste sobre un trozo de masa. Si además compras la masa ya preparada, ¡es coser y cantar! Coloca salsa de tomate o nata sobre cualquier tipo de masa (quebrada, hojaldre, pizza), añade calabacín o berenjena en rodajas, unos trocitos de embutido o queso y mete al horno bien caliente. Para una receta más original todavía, haz una pizza con champiñones o con una salsa de brócoli y guisantes. Para preparar una quiche, solo tienes que batir 3 huevos y mezclarlos con 20 cl de nata. Después, añade el relleno que más te guste (es un buen momento para añadir esos restos de espinacas, trocitos de bacon...) y vierte encima de la masa colocada en un molde para horno.  ¡Tardarás más tiempo en fregar los platos que en cocinar!