1. >Blog
  2. >Cómo organizarte para no tirar nada a la basura

Para luchar contra el despilfarro alimentario, la primera opción es tirar menos a la basura. Aquí te presentamos algunas ideas y pequeños (y grandes) trucos para cocinar de forma sostenible y más económica.
 

 

«Batch cooking», una solución para ahorrar tiempo y relajarse

Pasar un par de horas en la cocina durante el fin de semana para preparar las comidas de la semana siguiente y dejarlas listas para solo calentarlas o colocarlas directamente en el plato. Eso es el «batch cooking». Se trata de una opción práctica, económica y que genera menos residuos, pero ¡cuidado! No se trata de cocinar una olla enorme de potaje, un plato con base de salsa y una sopa, y comer las sobras durante los cinco días siguientes. Primero empezamos por planificar los menús, preparamos una lista de la compra, y después nos ponemos mano a la obra: lavamos las verduras de hoja verde, cocinamos las verduras y los cereales, hervimos los huevos, cocinamos las patatas al vapor, hacemos un puré, conservamos las verduras crujientes en vinagre, trituramos los frutos secos... Luego lo guardamos todo en recipientes herméticos para optimizar su vida útil y conservarlos en el frigorífico o en el congelador. En internet tienes infinidad de recetas (y tutoriales de video) para inspirarte. Y también libros especializados para variar las recetas a la vez que ahorras tiempo y reduces tu carga mental.

Reciclar los restos

La piel, las hojas, el corazón, los tallos, la corteza, los huesos, la cabeza del pescado... Los restos no se limitan a las peladuras, también se trata de todas las partes que no nos comemos de los alimentos que preparamos. La sabiduría popular ofrece muchas recetas para evitar desperdiciarlos, es decir, una estrategia de «cero residuos». Las peladuras de las verduras pueden convertirse en el ingrediente de muchas recetas: sopa de hojas de rábano, crema de vainas de guisante o tartaleta de hojas de zanahoria. No te olvides de la piel del melón y la sandía, que está deliciosa en mermelada o encurtida, de los huesos de pollo para hacer un maravilloso caldo añadiendo agua y hierbas aromáticas, de los plátanos maduros o la piel del plátano para hornear un bizcocho, e incluso del pan duro para hacer pan rallado, picatostes, bruschettas, torrijas...

Técnicas de conservación

Otro método para evitar el despilfarro alimentario es la conservación de los alimentos. Muchos alimentos se conservan sin necesidad de seguir un método concreto. Por ejemplo, la carne y el pescado se pueden congelar en recipientes o bolsas herméticas, al igual que muchas frutas y verduras. Sin embargo, el congelador no le viene bien a algunas verduras, y otras requieren ser cocinadas o preparadas previamente. Lo mismo ocurre con algunas frutas. Puedes encontrar muchos tutoriales online. Hay muchos alimentos que no siempre pensamos que pueden congelarse, como los lácteos (leche, mantequilla, quesos duros, nata para montar) o las claras de huevo (¡bienvenidos merengue y macarons!). Pero no te olvides de esterilizar los recipientes o de la fermentación, que, por cierto, está muy de moda y sobre la que puedes encontrar mucha información.